Ya te lo dijeron Vidal, Macri, Micheti y Cretin Lagarde, “los jubilados se llevan un pedazo grande de la torta” y “hay que hacer algo rápido”. Por el pedazo de ética, o temor, o vergüenza que les queda, no dicen matar jubilados, pero les quitan las herramientas imprescindibles para la supervivencia: remedios y comida, y la estufa en uso restringido por el precio del gas y la electricidad. Cerraron escuelas y hospitales, a la vez, que nos endeudaban a cien años con obligaciones impagables, le regalaron a Vicentín trescientos millones de dólares y vos lo votaste.

Pasaron cosas, dijo el jefe de la patota, cuando descubrieron que tenía infinidad de cuentas truchos en guaridas fiscales inventadas para manejo de plata mal ganada. El presidente del Banco Nación, González Fraga, te dijo que cualquiera se creyó que podía tener un celular o un plasma y vos te creíste que se lo decía al otro, estabas confundido, lo decía por mí, por vos, por tu vieja y por la mía.

El proyecto de las mil familias nace con la patria. Rivadavia repartió, casi nueve mil millones de hectáreas a quinientas personas, aunque la historia oficial cuenta que la Ley de Enfiteusis fue creada para poblar el territorio. Roca, hizo lo propio con la Patagonia, repartiendo a cien socios y amigos de la “Conjura del Desierto”, pero antes, mataron a los dueños de la tierra.

Para estos muchachos, vos y yo, somos gente prescindible como los patagónicos, con la diferencia que a ellos los mataron, y a nosotros, nos quieren matar trabajando por un sueldo que parezca de clase media, pero que no te alcance para levantar la cabeza.

Sigamos leyendo a Mitre y escuchando a sus herederos, y sigamos repitiendo: "Todos somos Vicentín", “Todos somos el campo”, aunque no te regalen trescientos millones de dólares, ni tengas resto para vivir, vos y tu familia, y tus herederos sin trabajar. Seguí disfrutando la fortuna que se regalan entre ellos, mientras tu amigo, tu vecino, tus viejos y vos mismo, ves pasar la liebre y cuidas el mango, y pagas la cuota del préstamo el día del vencimiento por temor a que tu nombre aparezca en los informes de morosos, que se diga de vos que sos mal pagador, incumplidor o estafador, cuidás tu nombre y amás tu prestigio, y a la hora de elegir, votas a los asesinos de Favaloro, a los que usan y funden el Banco Nación en provecho de pocos, a los que endeudaron tu país para llevársela ellos y que la paguemos vos, yo, tu vieja y tu papá.

En el juego del distraído ganan las minorías, y yo, no estoy invitado al banquete. ¿a vos te invitan?