Opinión: Ferplei...
Por Omar Marsili, escritor sampedrino, autor de "El maratonista", "La deuda, el príncipe y los panurgos" y "Del paraíso a tus zapatos".
El juego limpio, es sin dudas, uno de los valores mas preciados del deporte. Ya sé, me dirán que no se escribe "ferplei", los mismos que dicen "giotto", debiendo decir su pronunciación en italiano "yot-to", pero en esta subcultura, el inglés, se debe respetar y el italiano se puede chapucear, pero en el juego limpio se deben homologar todos los idiomas, en mi caso, respetuosamente, convierto todos al argentinismo.
Volviendo a esto del ferplei, hoy me crucé con Carlitos Dalbón. Lo conocí hace varios años, por allá, por el Parque Independencia, en una carrera de diez kilómetros. Yo, venía a muy buen ritmo y con la autoestima por encima de la hermosa arbolera, hasta que el personaje me dice: "yo siempre voy adelante, ahora ando por acá porque estoy lesionado". En ese momento, descubrí que mi excelencia en las mejores condiciones podían empardar con la de un roto. Sin arrugarme, seguí a mi ritmo.
A cincuenta metros, venían Natalia Somma y Lorena Abran mintiendo descaradamente: "Miren, miren, tiene mas de setenta"; siendo que en verdad, nunca superé los sesenta y dos kilos, y los setenta, es un número que no existe en mi diccionario.
El Eze Covacevich, me alcanza y recomienda: "a las personas excedidas de peso y de edad hay que cuidarlas". Le pregunto: "que es excedida de edad?", y el tipo piensa, recapacita, demora y contesta: "ochenta, noventa". "Eze, que me decís?, los ochenta están pasando la curva". Y con apuro responde: "ciento diez, ciento veinte", y se quiere cortar la lengua. Pero por mas que se la corte, lo dicho está flotando en el eter, junto a mis maldiciones a él, o a los calendarios que se obstinan en marcar el paso del tiempo.
Para aliviar el ambiente, dice que no me preocupe, porque el tiempo es circular, y de ser aplicable, quizás en algún momento recorro los años transitados. A esta altura, yo sigo concentrado en la carrera, y en el lesionado, que con su reguera y sin esfuerzo competía conmigo.
Con alguna discreción, le pregunto la edad, y casualidades, teníamos la misma. Los dos en la misma categoría. Con hidalguía, lo acompañé hasta el kilómetro nueve y medio. Ahí puse a prueba lo mejor de mi, e interpretando el ferplei (en el juego limpio gana el que mejor acelere), mesquinando la respiración para acelerar el tranco, lo superé, hice podio, y a partir de ese momento, le recuerdo el día que le gané con el ferplei a mi manera.
Buen 2024 y que gane la patria... (y que no nos roben el país!!!!, las riquezas, la juventud, los sentimientos).
Por Omar Marsili