La denuncia por abuso sexual contra un funcionario de Baradero y la revictimización de la víctima
El Secretario de Desarrollo Humano de Baradero, Juan Ramos, fue denunciado por una familiar por abusos sexuales reiterados ocurridos mientras la joven tenía entre 12 y 14 años. El funcionario fue licenciado del cargo por decisión del Intendente Esteban Sanzio mientras avanza la investigación penal. ¿Cuál es el rol de los medios en la cobertura del caso? Un análisis para dar lugar a un debate necesario.
Por Nadia Quiroga
A fines de septiembre, una joven denunció, primero por la Línea nacional y gratuita 144 y luego en la Comisaría de la Mujer de Baradero, abusos sexuales reiterados ocurridos cuando la denunciante tenía entre 12 y 14 años. El denunciado es un familiar, Juan Ramos, de 32 años, Concejal electo (con banca licenciada) y actual secretario de Desarrollo Humano de Baradero.
La denuncia, que recayó en la Fiscalía del Dr. Hernán Granda, está en plena investigación. La denunciante aportó al menos a una testigo, que ya declaró en la causa, y otros dos nombres de allegados a Ramos que también habrían participado de los abusos. El relato de la denuncia da cuenta de abusos reiterados tras el consumo de estupefacientes por parte de todos/as los/as presentes: víctima(s) y victimarios.
Si bien son tres los denunciados, el nombre de Juan Ramos trascendió rápidamente por su rol como funcionario público. Y no sólo eso: sino también como responsable de una de las áreas más sensibles del Municipio, de la que depende además el área que se encarga de la atención y contención de mujeres víctimas de este tipo de delitos, el Departamento de Equidad y Género.
El intendente Esteban Sanzio tomó la acertada decisión de licenciarlo de su cargo, algo que en principio habría rechazado el propio Ramos escudándose en su inocencia. La decisión es acertada, insisto: si bien es cierto que rige la presunción de inocencia, ¿cuál es la imagen que da un Estado que pretende llegar a las víctimas si el máximo responsable de la aplicación de esas políticas delineadas por el Ejecutivo adopta él mismo el rol de víctima? ¿Cómo se hace llegar el mensaje de "no estás sola" y "yo te creo" necesarios para que las víctimas puedan hablar sosteniendo a Ramos activo en su cargo? ¿Por qué no permitir el desempeño de la Justicia con una decisión que sostenga lo que el propio Ramos asumió al jurar en su cargo?
Sin embargo, la figura de Ramos, muy cercana a los medios de Baradero por su desempeño como funcionario de la Dirección de Cultura durante la gestión de Aldo Carossi, con una campaña electoral de gran impacto mediático, actualmente funcionario de primera línea, fue defendida públicamente por quienes "por conocerlo" niegan que sea capaz de semejante delito. Por supuesto, la presunción de inocencia corre para Ramos y no corresponde a esta nota de opinión fijar sentencia ni delimitar responsabilidades respecto de lo denunciado en la Justicia.
No son los medios de comunicación ni es la opinión pública la que debe juzgar. En todo caso es rol de los y las comunicadoras, así como de los y las ciudadanas, exigir que la Justicia actúe. Y sea justa.
Desde conocida la denuncia la mayoría de los medios locales optó por llenar tiempo/espacio con supuestos datos del expediente (que no son tal) y que demuestran lo insostenible de la denuncia. Parafraseando al filósofo y matemático Bertrand Russell, si partimos de premisas falsas, podemos obtener como conclusión cualquier cosa.
Por otra parte, ¿qué pasa con el principio de inocencia de la víctima que además, claro, es víctima? ¿Por qué no rige ni aplica de la misma manera que el del acusado y se arman en torno a su denuncia elucubraciones políticas de diversos tenores, uno con más bajeza que el anterior? ¿Por qué se cuestiona el tiempo que lleva a cada quien procesar algo tan aberrante y poder ponerlo en palabras? ¿Qué estudios en qué disciplina tienen quienes hacen afirmaciones de este calibre sobre la psiquis humana?
La joven -cuya identidad no vamos a revelar pero que, claro, "pueblo chico, infierno grande" todos y todas conocen en Baradero-, fue atacada sistemáticamente en los medios de comunicación y las redes sociales por quienes defienden a "Juancito". Tanto que se encuentra bajo tratamiento psicológico y con una imposibilidad de ampliar su declaración judicial por prescripción médica.
A la piba salieron a bancarla públicamente por "Feminismo popular", una multisectorial que agrupa a diferentes espacios y autoconvocadas, además de la Mesa de las Mujeres de la gestión, que desde la asunción de Sanzio trabajan en la creación e implementación de políticas transversales que atiendan a las cuestiones de mujeres, géneros y diversidades. Ambos espacios también fueron cuestionados en los medios de comunicación que con su ensañamiento con las víctimas no hacen más que asegurar que las mismas sigan en el silencio que la lógica patriarcal necesita.
Es interesante pensar por qué nadie pone en duda el relato de un robo que hace una víctima, por ejemplo. ¿Será acaso porque en este sistema la propiedad privada vale más que los derechos y los cuerpos de las mujeres?
El debate no se limita ni a la sociedad baraderense ni a sus comunicadores y comunicadoras. El caso sirve de disparador para pensar cómo se abordan desde los medios pequeños, desde la prensa local (aunque no solamente) este tipo de delitos, sin olvidar que la violencia mediática es un delito, puede ser denunciada y los y las comunicadoras sancionados/as por cometerla.
Necesitamos comunicadores y comunicadoras que apuesten a que la cobertura sea empática, responsable y con perspectiva de género. Y también un público que exija responsabilidad por parte de quienes son los y las encargadas de informar. Necesitamos un mundo feminista.
Comparto la nota con la integrante de Feminismo Popular, Lic. Eugenia Salaberry, en El Aguacero por FM La Correntada