Ricardo Barbosa, propietario de una reconocida mueblería en Santa Lucía, fue sorprendido por delincuentes armados y encapuchados cuando regresó a su casa, pasadas las 22.00, que lo maniataron, golpearon, robaron dinero en efectivo y escaparon.

"Ahora está internado en San Pedro por control, porque no tiene ninguna herida grave, pero sí golpes, muchos en el rostro, la fisura de una costilla y un golpe fuerte en una pierna. Tiene un corte en la cara, aparentemente de un culatazo", contó Luciana Barbosa, hija del hombre de 66 años que fue salvajemente golpeado.

"Todos los martes se va a las 20.00 y vuelve a las 22.00 a casa. Guarda la camioneta o el auto en un galpón frente a la casa, y aparentemente cuando cerró la puerta se dio cuenta que había dos personas adentro de casa", relató Luciana en diálogo con Equipo de Radio, y explicó: "Mientras no estuvo cortaron una reja y entraron por una ventana que da al patio de la casa".

"Le preguntaron qué había en la casa, y cuando iban a la habitación de él, donde estaba la plata que llevaron, en el pasillo le envolvieron con una campera la cabeza, le revolvieron toda la pieza, se llevaron plata, lo ataron con un cordon, y se fueron en el auto que dejaron abandonado a 5 kilómetros de Doyle", relató la joven.

"Le decían cosas como si antes de esto lo estuvieran vigilando. 'Así que te gusta cortar rutas a vos', le dijeron", contó Luciana, que tomó lo ocurrido no como un hecho aislado, sino como parte de la situación que atraviesa la localidad: "En Santa Lucía están pasando hechos gravísimos de violencia. Es una zona completamente liberada. No es un caso aislado el de mi papá. Los últimos asaltos en la localidad fueron muy violentos. Si hubo un entregador, la justicia se encargará de investigarlo".

Ricardo Barbosa fue uno de los vecinos que encabezó los cortes de ruta sobre la autovía provincial 191 semanas atrás, reclamando la urgente repavimentación. Incluso anunció el cierre de su carpintería por la imposibilidad de comerciar muebles y materia prima producto del estado de la ruta.

"Pasamos de ser un pueblo donde todos nos conocíamos todos a salir a la calle y desconocer a la gente. No sabemos qué pasó con Santa Lucía, esto parece zona liberada", insistió Luciana y contó: "Estuvieron adentro antes de que llegue mi papá, estaba la heladera abierta, la casa estaba como si hubieran estado pasando el rato, hasta que llegara mi papá".